viernes, 27 de septiembre de 2013

Mañanas de Septiembre ...otra vez...

Mutaré en beso, e hibernaré en tus labios. Pero aunque pase el invierno, no querré despertar. Soy un titubeo efervescente, un abrazo que aprende a abrazar. Si miro hacia adentro, solo veo mar. Si miras hacia fuera, cuéntame que se ve. Traigo hojas secas, traigo algo parecido a un embalse, con su dique y todo para romper.
Mutaré, y cuando no vuelva la sordidez, dejaré de empeñarme en estorbar.
Y si acaso se te ocurre preguntar, porque mis poemas no te escribo más, responderé con sorna ¿Y qué es lo que estoy haciendo, cuando vencido por el vértigo de tu mirada, alojo mis labios en los tuyos? ¿Y cuando irresistiblemente mis manos recorren el acantilado de tu espalda? ¿Acaso no es eso un poema? ¿Acaso no es un poema este trayecto, adornado de anocheres incautos, y de amaneceres salvajes? ¿Acaso no es un poema dormirme plácidamente con la sintaxis de tus gestos? Si que estoy escribiendo un poema, mi amor.

Lo que pasa, es que tú no puedes leerlo, porque me temo, no me amas más.