Hoy que ya no escribís,
tus versos siguen conquistando
hasta los más novedosos
e histéricos de los mundos.
Ahora que callás en paz,
suena tu canto en todos lados,
entre tu música audaz,
viste cautivante tu voz.
Hoy que no palpitan tus venas,
todos los parlantes, de luto,
hacen bailar las partículas
al ritmo de tus canciones.
Hoy que tu guitarra extraña
tus caricias, niños grandes
jugando, imitan con mímica,
tus melodías y tus hazañas.
Hoy que reposás sobre un afecto
inmenso y bien conquistado,
de un mundo con ojos empañados,
tus armonías siguen tendiendo
adorables puentes entre los dos.
Hoy que ya no exalhás,
lo más profundo de vos
embellece nuestro éter
a través de la siempre nueva
bella música que nos dejás.
Nadie se atreve a decir adios,
ni tiene sentido despedir
a quien trasciende, como vos,
al inexorable tiempo
y al autoritario espacio.
Gracias por venir!