pululan
los trabajadores hacia su casa
sin
remedio buscan lo que jamás encuentran
el
remedio de tanta agonía
medida
en su propia ignorancia
Sin
luz astral la noche es
se
cabe hasta diez en el peor lupanar
Alcohol
con coca, canelita con suerte
sentado
con hediondos y arapientos;
sólo
las moscas saben que ya hemos muerto
La
vida no es más que una noche lluviosa
Y
es mejor que ahora todo ya ha pasado.
Su
nombre, importa.
Mi
origen no.
Ni
mi sexo.
Ni
me edad.
Si
soy viejo o niño.
Si
soy del sur o del norte.
No
importa.
de
donde vengo,
a
donde voy.
No
tiene importancia si estoy de pie sobre las estrellas
escribiendo
sin detenerme
asfixiándome
de manera violenta
estallando
con los huesos en recipientes oscuros.
Ella
lo sabe, no me importan ustedes,
no
bebo ni escribo para todos;
vengo
aullando en la ráfaga negra
de
todos los vientos por todos los caminos de la tierra.
Estoy
borracho y despellejado
iluminándome
con tierra de cementerio
a
la altura de los disparos de muerte
que
no me alcanzan
estoy
encerrado en los rascacielos de la droga
escondiendo
cuchillos entre los dientes
salvando
al mundo de sus monumentos vacíos
y
fertilizando sus bosques con sangre.
Escribiendo
Disparando
Soñando
y bebiendo
Fumando y babeando
Muriendo y volando
Soñando y escribiendo
Disparando bebiendo
Llorando naciendo
Naciendo en ti