jueves, 28 de junio de 2012
Joderamen
Las cuatro de la madrugada. Ni un solo puto coche en la calle y algún borracho rutinario que busca tambaleándose su casa. Miro mi rostro en el espejo del lavabo de un jodido bar, atragantado de alcohol. El wáter huele a mierda y apesta a vómitos. Le hacen coger a uno una gran náusea. Joder, me ha subido el vodka, el J.B. y toda la mierda que me he tomado esta noche. Pero aún estoy lúcido. Me sigo observando en el sucio espejo. Tengo ojeras y los ojos rojos. La última vez que me emborracho, lo juro por mi madre, aunque ya dije lo mismo la última vez. Lo bueno es que no suelo tener resaca. Lo malo, que no duermo y lo paso bastante mal durante el tiempo que estoy despierto. Joder, joder y joder.
Salgo del maldito bar esquivando los borrachos que ya se caen por los suelos llenándose de los vómitos y aún siguen pidiendo más y más alcohol. En la calle el aire deja de estar cargado y el silencio es prácticamente sepulcral. Algún gato que se cruza por el camino levanta sus ojos hacia mí como pidiendo clemencia o a lo mejor es que se está burlando de mi aspecto. Voy de traje, como iría cualquiera si fuese a una maldita boda. La verdad es que en la boda pasó todo el lío. Besé a la novia de Adal y el puto cabrón de mierda, "chupapijas" como lo llamo yo, estuvo a punto de partirme las narices. Digo a punto porque el desgraciado no se dio cuenta que delante de él había un charco y se cayó con tan buena suerte que se dio en la cabeza, quedándose inconsciente. Ese fue el momento en el que me giré y cogiendo la mano de Isa la empujé hacia fuera del salón de fiesta.
Vente conmigo, le dije.
No puedo, me contestó, me atraes y eso y me encanta tu forma de ser, pero no me gustas y quiero a Adal…
Joder, pero si es un puto chupapijas de mierda, ¿como te puede gustar alguien como él? Me miró como si le estuviese hablando en chino.
Mira, Noel, él es encantador, muy romántico y lo quiero mucho, y si no tuviese novio me liaba contigo, pero entiéndelo.
Ok, ok, nena. (La verdad es que no entiendo ni papa de lo que me dices, pero aquí te quedas muñeca).
Oye, dame tiempo, ¿vale?, me suelta, encima.
Pero… ¿tú que carajo te has creído? ¿Que estaré esperándote hasta que te canses de que te monte ese desagraciado? Pues nena te has equivocado de tío. Me la aspiro. Que seáis felices. Y que comáis muchas perdices.
Bah. La vida es una putada. Mierda, cuando encuentras una tía que te gusta su manera de ser, resulta que es tan estúpida de enamorarse de un putazo de mierda. Pero bueno poco se puede esperar de unos que se lo empiezan a montar en el parque sin quitarse la ropa. Que asco.
Luna llena. Mejor, más se ve. Empiezo a ver las cosas dobles. Y me doy cuenta que las seis jarras de vodka, J.B., ron, whisky y vete tu a saber cuánta mierda más empiezan a hacer su efecto. Un coche pasa a mi lado a toda mecha. Parecía oírse la voz de unas putas con algún tipo con dinero. Si no tienes pasta no eres nada en este mundo, ¿sabes? Y eso es una gran putada, te lo digo yo. Sobretodo cuando no estás acostumbrado a la soledad o simplemente la odias por tener que estar soportándola todos los días porque todos son más guapos, más ricos o más de todo que tú. Joder que putada. Intento mirar el reloj, pero con la puta borrachera apenas diviso el color grisáceo en mi muñeca, corrijo, en mis muñecas veo dos colores grisáceos. Supongo que es por eso de que veo doble, porque que yo recuerde solo tenía un reloj. Joder, acabar pensando en un reloj.
Intentaré ver donde estoy. A saber. ¿A cual cojudo se le ocurre irse de una fiesta de boda en un pueblo que no has visto en tu vida y encima emborracharte tanto que ni te aguantas de pie? Pues a mí, me cago en la puta. ¿Dónde estoy? Un banco. Necesito sentarme o tumbarme. Todo me da vueltas. Mierda, que asco de vida. ¿Por qué siempre todo tiene que acabar igual? ¿Qué he hecho yo para merecerme esto? Dios. Contesta. Joder, joder y más joder. Intento rezar algo. Necesito ayuda.
Jodido padre nuestro, que estás en el puto cielo, santificado sea tu jodido nombre, venga a nosotros tu jodido reino,y hágase tu maldita voluntad así en el jodido cielo como en la mierda tierra. Danos hoy el jodido pan nuestro de cada día y perdona nuestras putas ofensas como también nosotros perdonamos a los putos que nos ofenden. No nos dejes caer en la puta tentación, o sí, mas líbranos del jodido mal. Joderamén.”
Esa es la palabra que lo describe todo, Joder. Que todo deje de dar vueltas. Señor, jodido Dios, ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué me has abandonado? Todos, ¿porqué me han abandonado? ¿Qué hago yo aquí solo? ¿Qué hago solo en el puto mundo? Joder, ni siquiera tengo un puto cigarrillo. Cierro los ojos y escucho. Nada de putos coches, nada de estúpida gente, ni ensordecedor bullicio… Todo es calma. Un mundo en calma…
jueves, 14 de junio de 2012
Felipe Delgado
No puedo leer sin cierto sordo pánico, me cuesta decir algo sensato, hay en ella una sustancia mística, una carga adivinatoria tan honda, que pierdo la serenidad para juzgarla.
Siempre y jamas he leído en soledad comparable.
No siento mas punto de referencia que quizás, rebela mi sufrimiento de condenado, poniendo raya a la retórica, buscando tanto leyes como limites de lo arbitrario, sorprendiendo a la poesía cuando la poesía se distrae, peleandome, con las palabras.
A veces me asalta el pánico de no haber leído nada a lo largo de quinientas páginas, a veces, quisiera seguir leyendo el resto de mi vida, en cien volúmenes, para no tener más vida que esta.
Para no tener mas vida que esta.
Áspera soledad desmedida e insomne.
¿donde están los sentidos que ayer tenían las cosas? Solo quedan desordenados nombres ya olvidados.
La bodega no es mas que la intrínseca alma abandonada, de un sentido sin sentido, de una esperanza encontrada en la caída, de un espíritu recuperado en miseria, no es acaso el saco de aparapita ¿nuestro verdadero rostro?...lilo y peña, Beltrán, y el bodeguero sombras de lo invisible, dolorosa canción de la indolencia, música vaga de la fronda herida, llorada soledad en que la vida se torna en sigilosa confidencia.
Me conmueve la trémula presencia de Ramona como abeja en la flor recién caída. Donde jugaba la niñez perdida pasa el eco fugaz de la inocencia. Historia de amor y trémulo romance que tanto siento que solo ante mi pasa.
Por la vieja casona sopla el viento, en remolino la Tia hojarasca rueda sobre el portón del sitio adormecido donde los porteros con caras negras pasan las horas lentas y pesadas sobre la llaga abierta por el olvido.
Y a la luz del recuerdo, el sentimiento se abre a la eternidad y se me queda dentro del corazón, hecho latido.
Mis pupilas se quedan extasiadas frente a tal paisaje florido que pronto pierde amplio colorido al roce de mis ansias torturadas.
Dolor de angustia en absurda coincidencia, me traen remedio de singular apariencia en torno de botellas del agua ardiente, que no son mas que mi histeria hecha palabra bebida. Y ocultas están las calles de la ciudad tal si fuera mi honda sobriedad de oscura frialdad.
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