Empiece aspirando los mocos,
aspírelos hasta que sienta un dolor punzante al centro de la cabeza. No coma
pan, el agua con pan en realidad es horrible. Busque en su patio o terraza,
pero no por la ventana, las nubes; entienda que si están demasiadas cargadas no
podrá beber el líquido elemento. Lleve sus sandalias de goma puestas, coja un
vaso de cristal o de metal, llénelo en tres cuartas partes, acérquelo lento muy
lento a la comisura labial y de un golpe aséstelo a la boca. Si siente un dolor
en el esófago, como si hubiese tragado una naranja, sabrá que lo hizo bien.
Puede repetirlo pero proceda con medio vaso y luego cuarto.
Felicidades, usted ha conseguido
tomar un vaso de agua. Ahora está preparado para una visita al urinario.