miércoles, 4 de abril de 2012
Mi viaje
Mi nombre es Weimar Miranda, y el relato que leerán a continuación, es una apurada precisión, simplemente no puedo estar un segundo más aquí, debo volver ahora a mi tiempo, este viaje al futuro terminara conmigo.
¿ Qué a donde fui?, donde cada individuo quisiera ir (aunque este fuese su fin).
En los meses viajando por cartesiana linea del tiempo observando, quizá espiando, a un lector frenético, mi solitaria misión, termino en un fracaso, no costo entender que su soledad y su independencia no eran su afán y su objetivo, eran su destino y su condenación, que su mágico deseo se había cumplido y ya no era posible retirarlo, que ya no servía de nada extender los brazos abiertos lleno de nostalgia y con el corazón henchido de buena voluntad, brindando solidaridad y unión; ahora lo dejaban solo.
Y no es que fuera odioso y detestado y antipático a los demás. Al contrario, tenía muchos amigos. Muchos lo querían bien. Pero siempre era únicamente simpatía y amabilidad lo que encontraba; lo invitaban, le hacían regalos, le escribían bonitas cartas, pero nadie se le aproximaba espiritualmente, por ninguna parte surgía compenetración con nadie, y nadie estaba dispuesto ni era capaz de compartir su vida.
Y hasta el final entendí que estaba envuelto en un ambiente de soledad, una atmósfera de quietud, un apartamiento del mundo que lo rodeaba, una incapacidad de relación contra la cual no podía nada, ni la voluntad, ni el afán, ni la nostalgia. Éste era uno de los caracteres más importantes de su vida...de mi vida.
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