domingo, 21 de abril de 2013

Otoño



En  los  días  nublados  y  grises  Karen  salía  a  pasear,  le  gustaba  sentarse  en
algún banco y observar como caían las hojas de los árboles, lentas, suaves,
como  un  último  suspiro  de  honor.  El  otoño  estaba  en  pleno  apogeo,  las
hojas de los arboles ya descansaban en el suelo y Karen no lo resistió más;
se  tumbó  de  un  revolcón  en  el  suelo  encima  de  las  hojas  y  cerró  los  ojos
para oír charlar a las hojas con el viento.

- Madame hojita, quiere usted echar un último baile conmigo.
- Desde luego.

Y  los  dos  se  fundieron  en  un  abrazo.  Después  de  tantos  días
jugando entre ellos, la hojita se sintió cansada y el viento quiso libertad. 

- Debo partir. – dijo con cierta tristeza el viento.
- Y yo debo descansar – apoyó la hojita

La  hojita  lo  miró  triste.  El viento  se  levantó  y  se  fue.  Por  unos  instantes
nada se escuchó y Karen vio como la hojita triste se dejaba caer a la tierra
húmeda.
Fue  un  día  nublado  y  gris,  Karen  y  la  hojita  volvieron  al  calor  del  hogar.
Quizá renazcan en la primavera. El otoño es el dormir.

CUENTO INFANTIL


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