martes, 3 de diciembre de 2013

tres de diciembre


Del amor nunca entendí nada. Hablé mucho, vanamente. Puedo decir, del amor, cosas tristes. Y también puedo decir algunas cosas bellas. Pero nunca entendí nada. Las cosas que dije, las dije por mera devoción poética. Nada más. Los resultados de mis análisis racionales del amor son apenas una mueca de desesperación. Porque nunca entendí nada. No entendí nada de los beneficios del amor, no supe nunca por qué me quisieron; no entendí tampoco las cosas que me desolaron.


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