viernes, 9 de mayo de 2025

TDD END

Mírame aquí, parado en el borde de mis propios recuerdos, atrapado en un tiempo que no sé si fue real o solo un sueño que me inventé para no sentirme tan solo. Antes, cuando el mundo parecía más pesado, yo era alguien más viejo, más cansado, como si los años me hubieran robado algo que ni siquiera sabía que tenía. Pero ahora, parado aquí, siento que he vuelto a ser joven, aunque no sé si eso es bueno o solo una mentira que me cuento para seguir adelante.

Todo empezó con tu rostro. ¿Sabes? Es como si cada ángulo de tu cara se hubiera grabado en mi cabeza, como una pintura que no puedo dejar de mirar, aunque me duela. De frente, de perfil, da igual. Eres el problema, la raíz de todo este desastre que llevo dentro. Y lo peor es que sé que yo también te hice daño, que mi presencia, mi manera de ser, te atrapó de alguna forma, ¿verdad? No lo niegues. Hubo un momento, una chispa, en que los dos nos miramos y el mundo se detuvo.

¿Te acuerdas de esa noche? No sé en qué mes fue, no importa. Pero fue real, ¿a poco no? Fue como si habláramos un idioma que nadie más entendía, como si nuestras almas se reconocieran en un código secreto. Nos reíamos, nos entendíamos sin esfuerzo, como si el universo entero conspirara para que estuviéramos juntos. En esos momentos, sentía que no había suelo bajo mis pies, que flotábamos en algo más grande que nosotros mismos. Pero ahora… ahora todo eso se siente como un eco lejano.

Ya no puedo seguir así, cargando tu sombra en cada rincón de mi vida. Tengo que dejar de pensar en ti, tengo que pintar de colores este gris que me dejaste. Quiero borrar tu nombre de mi cabeza, aunque una parte de mí sabe que eres la razón por la que aún siento que vale la pena respirar. Es una lucha constante, ¿sabes? Quiero odiarte, pero no puedo. Quiero olvidarte, pero cada paso que doy me recuerda que alguna vez estuvimos atados, que nuestros corazones se enredaron en un nudo que no sé cómo deshacer.

Y no me malinterpretes, no soy el primero al que le pasa esto, ni seré el último. El amor, o lo que sea que tuvimos, siempre termina dejando cicatrices. Todos pasamos por esto, ¿no? Sé que eventualmente te olvidaré, que un día tu rostro dejará de aparecer en cada sueño, en cada rincón de mi alma. Pero ese día no está cerca. No lo veo en el horizonte. Y mientras tanto, aquí estoy, atrapado entre querer soltar y no poder dejar de aferrarme a lo que fuiste.

Esa noche, ese mes, ese instante en que todo parecía perfecto… sigue vivo en mí. Y aunque me digo a mí mismo que ya basta, que tengo que seguir, que voy a escapar de este país de recuerdos, la verdad es que no sé cómo hacerlo. Porque, aunque me duela admitirlo, tú sigues siendo mi razón para vivir, aunque sea solo en los pedazos rotos de lo que alguna vez fuimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario