miércoles, 20 de agosto de 2025

Vacío

Me siento hundido en una penumbra que no explica nada, como si el aire mismo pesara más de lo que puedo soportar. Estoy sentado en el borde de mi cama, con las cortinas cerradas, aunque no importa; la luz no cambia nada aquí dentro. Todo es gris, siempre ha sido gris. El mundo allá afuera sigue girando, pero yo… yo solo quiero parar. Quiero que todo se detenga.

Cántame para dormir, murmuro al vacío, aunque no hay nadie que me escuche. Mi voz apenas sale, rota, como si las palabras se deshicieran antes de llegar al aire. Estoy cansado, tan cansado. No es solo el cuerpo, es algo más profundo, algo que me arrastra hacia abajo, como si mi alma estuviera hecha de plomo. Quiero irme a la cama, pero no hablo de descansar. Hablo de desaparecer, de deslizarme en un sueño del que no tenga que volver.

Cántame para dormir, repito, con los ojos fijos en la pared desconchada. Las grietas parecen venas de un mundo tan roto como yo. No quiero que intentes salvarme. No quiero tus palabras de aliento, tus promesas vacías de que mañana será mejor. Mañana no existe. Mañana es solo otro día para arrastrarme por esta existencia que no pedí. Déjame solo. Por favor, déjame solo.

Cierro los ojos y el sonido del viento se cuela por la ventana entreabierta, un lamento que parece entender lo que siento. Estaré muy lejos, pienso, aunque no sé a dónde voy. Tal vez a ningún lado. Tal vez a un lugar donde el peso de todo esto no me alcance más. Tú seguirás aquí, atrapado en tus días, en tus risas, en tu vida que no entiendo. Y está bien. O no lo está. No me importa ya.

Cántame para dormir, suplico una última vez, aunque sé que no hay nadie. Solo quiero que todo se apague, que el ruido en mi cabeza se calle, que el dolor que me atraviesa se desvanezca. No intentes despertarme por la mañana. No estaré aquí. No quiero estarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario