miércoles, 29 de agosto de 2012

Lagrimas


El siguiente postulante! anuncia la secretaria, me apresuro en entrar a la oficina destinada para mi entrevista, me muevo lento ya que el frío y la hora de espera han mermado mis músculos. Tomo asiento y le entrego mi folder amarillo con los 18 requisitos, busca en las primeras hojas y procede a teclear mis datos, al fijar la vista en el croquis domiciliario me consulta la ciudad y encierra con rojo mí gráfico domicilio; yo espero algo incomodo, tipea no se que datos y no para de mover el ratón, al cabo de un momento que me parece eterno empieza con la preguntadera, que si cuantos somos en mi familia, cuantos dependen de mi padre, cuantos gastamos, cuantos y cuantos, hasta que preguntó mirándome a los ojos ¿ Por qué estas aquí?


Empece con la historia, intente ser ordenado, le explique que mi familia siempre había sido muy unida y que hace dos años mi madre entro en una crisis depresiva, desde esa vez no se levantaba, ya no le importaba vivir, poco le interesaba que sus hijos comieran, que vayan a la escuela, que su camisa este limpia y sus pantalones planchados, la casa la tenía un desastre, no soportaba las visitas, se ponía a arrojar las cosas que tenía en frente cuando se le exigía un cambio, tristemente nos acostumbramos a aquella trágica rutina, cuando amas a alguien entender y comprender es lo que prevalece, jamas el de abandonar y escapar; pero hace unos meses mi madre en una de sus crisis tomo 6 sobres de veneno para ratas, el doctor de turno me informo en esas angustiosas horas de espera que si me hubiese demorado hasta 10 minutos en transportarla a emergencia, ella no contaría entre los vivos, el lavado gástrico que le hicieron la dejo maltrecha con una fuerte gastritis y con algo de liquido en sus pulmones, la visita sicológica posterior revelo que mi madre sufría de sicosis paranoica, yo siendo el hermano responsable procure llevar la carga que implicaba tener a una madre con una enfermedad mental, pero en los días posteriores del regreso a casa de mi madre, la situación aunque distinta no fue de mejoría, largas disputas por motivos económicos se llevaban por mis padres, yo no permitiría que mi madre volviera a caer, tal como le hice una promesa a DIOS cuando mi madre se disputaba la vida, el de renunciar a mis sueños, el de renunciar a mi vida por la de mi madre, qué clase se hijo fuera si no lo hubiese hecho, no es hombre aquel que no puede levantar su cabeza y ofrecerla por su madre.

No lo niego, me deje llevar por mis emociones, fui víctima de ellos. Y al reflexionar aquello escuche los sollozos de la secretaria de trabajo social y a toda la oficina sumida en silencio. Soy dolorosamente consciente de que todo el personal de bienestar social estuvo atento a mi relato. La soledad me abruma y logra que me desborde. Una oleada de recuerdos vienen de aquello que creí ya olvidado: la infancia, la más tierna  y sucede entre sucesos que seguro logran que cualquier pretexto de fuerza que hubiese creado se desvanezca como la flor que se marchita sin sol

El corazón me estalla.  Notó los crujidos dentro y se que ese dolor indescriptible es a consecuencia de esa explosión. Doy rienda suelta a las lágrimas que sé, se fundirían con el agua salada del mar.




No hay comentarios:

Publicar un comentario