A falta de mi capacidad en responder solo en 140 caracteres y ante la necesidad de dejar clara las ideas, sumando que tamaña conversación exigía divagar y dejar en claro algunas cuestiones acerca de la literatura
Mientras tanto en twitter:
@weimarmiranda: Pero libros como El mar del otro lado consiguen transformar
el miedo y la insatisfacción en una fuente de belleza.
@ComoEsDonJazz: @weimarmiranda para
mi lo fue "Historia de dos ciudades" :)
@weimarmiranda: @ComoEsDonJazz Cada
libro lo es a su manera.
@ComoEsDonJazz: @weimarmiranda te
doy la razón, pero y "Edipo Rey"(?)
@weimarmiranda: @ComoEsDonJazz ¿Quién
puede, al fin y al cabo, diagnosticar que un libro es una obra maestra?
@ComoEsDonJazz: @weimarmiranda el
buen o mal gusto del lector.
¿Quién puede, al fin y al cabo, diagnosticar que un libro es
una obra maestra?...el buen o mal gusto del lector. Delicadas palabras que
tanto dejan divagar, retórica escogida que concierne a todos los lectores.
Muchos de ellos dejarían esta cuestión sin darle importancia, porque no les
interesa o no es de su agrado, pero no sucede así con aquellos que hemos
entendido la literatura como amor.
No creo particularmente que la pregunta propuesta se deba
utilizar como afirmación en base a cualquier argumento como respuesta. Creo que
los libros se pueden diferenciar básicamente entre libros buenos y libros que
entretienen. La consideración que tomo a la hora de hacer el discernimiento
entre ambos está fundamentada en unas bases firmes. Debemos, como buenos
lectores, buscar profundidad en el libro, esa profundidad que nos conmueve y
que produce en nosotros mismos una fuerte impronta, una marca clara, un estigma
(por coger una idea muy de Hesse). Los buenos libros son los que pueden
hacernos mejores o peores, nos pueden hacer avanzar o retroceder, nos hace
diferentes e inigualables… Lo que jamás ocurrirá es que nos dejen igual que
cuando lo empezamos a leer. Si al levantar los ojos de la última página de un
libro no vemos que nada en nosotros haya cambiado, que miremos, por ejemplo,
las cosas y el mundo de otro modo, hay solo dos posibilidades; o nosotros,
realmente, no estamos abiertos del todo al sentimiento literario, al mundo del
arte, de la belleza y de la creación o, por el contrario, el libro es malo.
Tengo que dejar clara una cosa, los libros sean buenos o que
entretienen tienden a cambiar depende la situación, la capacidad, el estado
anímico, la edad del lector y que en ningún caso se repetirá en otro. Esto sucede
ya que cada libro es especial a su manera. De ninguna manera puedo creer en una
literatura barata; cada libro sea escrito por grandes editoriales
transnacionales o por escritores que pudieron juntar su fuerza para lanzar su
publicación, no es de interés para el lector, ya que el que ama leer, no lee
porque aquello sea apoyar a una transnacional, ni porque esté de moda cualquier
libro, lee porque ama, y estas palabras quizá solo las entiendas aquellos que
han amado.
Comparativamente podemos ver similitudes entre esto que
estoy explicando y el amor y el compañerismo. Los libros comerciales o fáciles
son como los compañeros, nos hacen pasar el rato, disfrutamos de su compañía…
sin embargo quizá no nos provocan grandes pasiones, ni quebraderos de cabeza,
ni nos hacen llorar a la vez que reímos, ni nos hacen replantearnos nuestras
vidas… cosas que, por el contrario, sí están capacitados para hacerlo las
personas que más amamos. El amor es el único anhelo al que aspira todo ser
humano. Pues bien, la buena literatura es el ejemplo más claro del amor
sincero, porqué nos hace sufrir, disfrutar, amar, odiar, nos calma y nos hace
pensar, a veces nos acuna y otras nos llena de rabia, a veces nos da buenos
consejos… Pero lo que sí que tenemos claro es que una vez conocido el amor verdadero
o la amistad verdadera seguramente este durará para siempre y nuestra máxima
aspiración, nuestro máximo anhelo se verá recompensado. Y ya no querremos
ninguna otra compañía. Lo mismo ocurre en la literatura, cuando conocemos y nos
enamoramos (los lectores) de un Dostoievski o cualquier otro autor, siempre nos
sentiremos defraudados con obras menores al que no hemos llegado a amar porque
simplemente no es nuestro momento con ese libro, a cuantos les paso que
empezaron a leer cierta obra y no la entendieron y hasta la odiaron, pero
pasado un tiempo y diversas circunstancias, la lectura del mismo libro los
deleitó de maneras insospechadas, no habrá sentimientos encontrados porque así
es el amor a la literatura.
Y aquellos que no entienden ese complejo llamado amor, la
diferencia es igual a lo que hay entre un apretón de manos y la pasión. Y los
que hemos conocido la pasión en la literatura no estamos dispuestos a aceptar
por nada del mundo un simple apretón de manos.
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